Mieloma múltiple: diagnóstico (Parte 2)
Existen numerosas pruebas para diagnosticar el mieloma múltiple las cuales inician con una historia clínica, estudios de laboratorio como pruebas de sangre; también incluye aspiración de médula ósea y biopsia, entre otras.
Pruebas para el diagnóstico del mieloma
Las pruebas para detectar el mieloma deben de ser ordenadas por un hematólogo para su correcto diágnostico. Son las siguientes:
1. Historia clínica y examen físico
2. Estudios de laboratorio:
a) Biometría hemática
Puede encontrarse disminución de glóbulos rojos y hemoglobina (anemia), descenso de glóbulos blancos. En la revisión del frotis (extendido de la sangre) al microscopio, los glóbulos rojos se encuentran como en pilas de moneda, fenómeno que se llama Rouleaux.
b) Pruebas de química sanguínea
Un aumento en el nivel total de proteínas en suero puede indicar la presencia de proteínas que se encuentran en el mieloma múltiple, como la proteína M (inmunoglobulina monoclonal), la beta 2 microglobulina, la deshidrogenasa láctica y la proteína C reactiva.
El aumento anormal de la creatinina y el nitrógeno de urea en sangre indican insuficiencia renal. El nivel de albúmina en la sangre puede estar disminuido en el mieloma múltiple. La albúmina es una proteína que es necesaria para mantener la presión en los vasos sanguíneos de tal modo que el fluido no se escape fuera del torrente sanguíneo en los tejidos o cavidades corporales. El nivel de calcio en suero puede ser más alto de lo normal en el mieloma múltiple avanzado. Los altos niveles de calcio sérico (hipercalcemia) pueden indicar daños en el hueso, ya que la destrucción ósea hace que el calcio salga del hueso y entre en la sangre. Algunas personas tienen altos niveles de fosfatasa alcalina, lo que puede indicar daños en el hueso.
c) Inmunoglobulinas.
Es necesario medir la cantidad de anticuerpos diferentes (inmunoglobulinas) en la sangre. Hay 5 tipos de inmunoglobulinas: IgA, IgD, IgE, IgG e IgM. Un alto nivel de una de estas inmunoglobulinas suele estar presente en el padecimiento. La IgG e IgA son las inmunoglobulinas más afectadas.
d) Electroforesis de proteínas en suero y orina
La electroforesis de proteínas es un método que separa las proteínas de la sangre o de la orina. Se utiliza para encontrar proteínas anormales, proteínas faltantes y niveles de proteína que son demasiado altos o demasiado bajos.
Un 70% de las personas con mieloma tienen altos niveles de IgG, y un 20% tienen altos niveles de IgA. Un 10% producen sólo cadenas ligeras de inmunoglobulina (proteínas de Bence Jones).
e) Inmunofijación
La inmunofijación es un tipo especializado de electroforesis que identifica el tipo de proteína M o de la cadena ligera de inmunoglobulina.
f) Prueba de cadenas ligeras libres en suero
Mediante esta prueba se pueden detectar proteínas de Bence Jones en la sangre. Esto puede ser útil cuando la proteína M no se puede encontrar mediante una electroforesis de proteínas en suero.
3. Aspiración de médula ósea y biopsia
Las células plasmáticas que son anormales en el mieloma múltiple se producen en la médula ósea, y un examen de estas células es la única forma de confirmar un diagnóstico. Una aspiración de médula ósea y biopsia es un procedimiento en el cual se extrae una pequeña cantidad de médula ósea y de hueso para el examen microscópico. Además del estudio microscópico, es necesario que se realicen los siguientes estudios:
a) Prueba citogenética o cariotipo.
En una prueba citogenética (análisis de los cromosomas) se buscan cambios en los cromosomas. El cariotipo y la hibridación fluorescente in situ son pruebas citogenéticas que pueden ayudar a diagnosticar la enfermedad. Los cambios cromosómicos que pueden estar presentes en una persona con mieloma múltiple son: deleción o pérdida del cromosoma 13 faltante y traslocación del cromosoma 14.
b) Hibridación fluorescente in situ
La hibridación fluorescente in situ es un método genético molecular utilizado para identificar anomalías cromosómicas y otros cambios genéticos en las células por medio de sondas de DNA especiales etiquetadas con tintes fluorescentes. Esta prueba puede encontrar pequeños cambios cromosómicos, como por ejemplo un cromosoma reordenado. Este estudio es opcional.
4) Rayos X
La radiografía se utiliza para buscar alteraciones por mieloma a nivel de cráneo, la columna vertebral, las piernas, los brazos, las costillas y la pelvis.
5) Resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones
Estas pruebas se utilizan para buscar lesiones a nivel de todo el tejido óseo.