Miopía: Una enfermedad silenciosa en las infancias
La Miopía es un error de refracción, una enfermedad de los ojos en la que las personas pueden ver bien de cerca pero no de lejos. Esto se debe a que los rayos de luz entran por delante de la retina.
Desafortunadamente se trata de un padecimiento que no presenta síntomas en las infancias, de ahí la importancia de someterse a estudios oftalmológicos con frecuencia. La Miopía es considerada como una enfermedad silenciosa ya que el mundo de los niños y niñas es de cerca durante los primeros y no tienen molestias hasta que comienzan la edad escolar.
Algunos síntomas que manifiestan las infancias con Miopía son:
- Entrecierran los ojos con frecuencia
- Parpadeo constante
- Dolor de Cabeza
- Retraso en el aprendizaje
La principal causa de la Miopía es hereditaria. Es común que si el padre o la madre tienen Miopía, el niño o la niña la desarrolle. Otra causa actual tiene que ver con el uso de los dispositivos electrónicos como los celulares y las tabletas, ya que esto tiene un impacto directo con el tiempo que pasan las infancias al aire libre.
Prevención y tratamiento
Debido a que el principal factor es genético, no existe manera de prevenirla. Si el padre o la madre tiene Miopía, existe una alta predisposición a que las infancias la desarrollen. En este caso es recomendable disminuir el tiempo que pasan en dispositivos electrónicos y aumentar el tiempo al aire libre.
El principal tratamiento de la Miopía es corregir el defecto de refracción, es decir, el uso de lentes. Si con el paso del tiempo se identifica que la enfermedad aumenta muy rápido, se puede recurrir a otro tipo de tratamiento como gotas para disminuir la progresión, lentes de contacto o armazones con micas especiales.
La Miopía puede ser una enfermedad preocupante si al cumplir los 18 años la persona tiene una graduación de ocho dioptrías o más, ya que esto podría aumentar el riesgo de presentar Desprendimiento de Retina, Glaucoma, Cataratas o Degeneración Macular.
En caso de requerir un diagnóstico médico es necesario acudir con una persona especialista en Oftalmología. En cuanto a las infancias, una persona con especialidad en Oftalmología Pediátrica será la indicada en realizar la evaluación completa que implica analizar la visión en tercera dimensión, el movimiento de los ojos y el uso de gotas para dilatar la pupila.