Mitos y recomendaciones sobre la insulina
La insulina es una hormona que promueve el crecimiento y la reparación de tejidos. Tiene que ver con el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. Es producida por las células beta del páncreas, es necesaria para la vida y mantiene controlados los niveles de glucosa en la sangre.
¿Cómo funciona la insulina?
En una persona sana, cuando hay consumo de alimentos y elevación de la glucosa en la sangre, el páncreas secreta una cantidad suficiente de insulina para que los niveles de glucosa vuelvan a lo normal. Además, a lo largo del día, el páncreas constantemente secreta una pequeña cantidad de insulina, llamada insulina basal.
La insulina actúa en los receptores que se encuentran en la membrana exterior de las células, especialmente en las células musculares y los adipocitos, esto favorece el paso de la glucosa al interior de las células. Cuando no hay suficiente insulina, o hay resistencia a la insulina de parte de los receptores, la glucosa se acumula en la circulación, al mismo tiempo que las células del organismo sufren por la falta de glucosa para producir energía.
Es utilizada siempre que hay una deficiencia en la producción de insulina, ya sea de manera absoluta o en relación a las necesidades. En la Diabetes Mellitus tipo 1 ocurre desde un principio, pero en la DM tipo 2 hay una pérdida de aproximadamente un 50% de la capacidad para producir insulina en el momento de hacerse el diagnóstico. Conforme pasa el tiempo, los pacientes con DM tipo 2 van perdiendo capacidad para producir insulina, y puede llegar un momento en que sea necesario agregar insulina al tratamiento. Algunos de los criterios son una elevación persistente de los niveles de glucosa a pesar de dosis máxima de varios medicamentos orales, y la pérdida involuntaria de peso. Si una persona con diabetes está perdiendo peso de manera involuntaria, sobre todo si está perdiendo masa muscular, muy probablemente necesita inyectarse insulina.
Mitos sobre la insulina
Algunas personas siguen creyendo que la insulina "deja ciego" o "daña los riñones". La realidad es que los niveles elevados de glucosa de manera persistente producen las complicaciones crónicas de la diabetes, entre los que se encuentra la neuropatía, la retinopatía (que llega a producir ceguera), la cardiopatía isquémica, la nefropatía (que puede llegar a una insuficiencia renal crónica que requiera diálisis), lo que ocurre es que en muchas ocasiones una persona está constantemente descontrolada de su diabetes y acepta la insulina.
Recomendaciones y tips para el uso de la insulina
La insulina no debe congelarse, se debe conservar en la puerta del refrigerador. Es necesario rotar el sitio de aplicación de la insulina para no estar usando repetidamente el mismo sitio. Una de las técnicas consiste en hacer "renglones" en el abdomen. Es necesario utilizar insulina basal en todos los casos, y solo en ciertos casos es necesario el uso de insulina rápida, o mejor, análogos de insulina ultra rápidos. A menos de que haya insuficiencia renal, no es necesario (ni conveniente) suspender la metformina (que es la base en el tratamiento de la DM tipo 2) sino que se agrega la insulina.
El uso oportuno y correcto de insulina favorece el control óptimo de la diabetes, simplifica el tratamiento, mejora la calidad de vida dando una sensación de bienestar y ayudando a recuperar un peso saludable. La insulina es un medicamento de empleo delicado que debe ser prescrito y dosificado por un experto, pero en manos de un experto es muy seguro con poco riesgo de efectos adversos.