Nefrolitiasis: Causas, Síntomas y Tratamiento
La nefrolitiasis, comúnmente conocida como cálculos renales, es una afección caracterizada por el dolor súbito e intenso en la espalda.
El dolor puede propagarse hacia el abdomen y estar acompañado de náuseas, vómitos y fiebre en casos de infección del tracto urinario.
Los cálculos renales grandes, especialmente aquellos con un tamaño superior a siete u ocho milímetros, pueden obstruir el flujo de la orina y causar insuficiencia renal aguda. Es importante buscar atención médica urgente, en colaboración con un urólogo, para tratar esta condición.
Síntomas y diagnóstico de la nefrolitiasis
El dolor súbito e intenso es un síntoma característico de la nefrolitiasis. Este dolor, a menudo descrito como un cólico, puede comenzar en la espalda y desplazarse hacia adelante a lo largo del trayecto del uréter.
Además del dolor, los pacientes pueden experimentar náuseas, vómitos y fiebre en presencia de infección del tracto urinario. Un método de diagnóstico comúnmente utilizado es la prueba de Giordano, en la cual se golpea la región lumbar y se evalúa la respuesta al dolor.
Sin embargo, para confirmar el diagnóstico, se pueden realizar pruebas más precisas, como la tomografía o urotomografía con contraste, que permiten localizar y visualizar las piedras en el tracto urinario.
Tratamiento de la nefrolitiasis
Una vez realizado el diagnóstico y confirmada la presencia de cálculos renales de tamaño considerable, se requiere la intervención de un urólogo para llevar a cabo el procedimiento quirúrgico adecuado.
La litotricia es un método comúnmente utilizado, en el cual se utiliza una cámara y una guía para triturar las piedras mediante ondas de choque generadas por láser o ultrasonido.
Después del procedimiento, se puede colocar un catéter en el tracto urinario para facilitar la eliminación de los restos de piedra.
Prevención y cuidado posterior
Una vez tratada la nefrolitiasis, es importante tomar medidas preventivas para evitar la recurrencia de los cálculos renales. Se recomienda beber abundante agua, al menos de dos a dos litros y medio al día, y evitar el consumo de alimentos procesados, enlatados, embutidos y aderezos con alto contenido de sodio.
Además, se debe reducir el consumo de carne roja y mantener una dieta equilibrada y saludable. En algunos casos, se puede recetar citrato de potasio u otros medicamentos según el perfil del paciente y las causas subyacentes de la nefrolitiasis.
Es fundamental buscar la orientación de un nutriólogo renal y realizar un seguimiento adecuado con un nefrólogo para evaluar el perfil de litiasis y abordar cualquier otra causa relacionada con la formación de cálculos renales.