¿No logras llegar a tus metas? La procrastinación y la desidia podrían ser las causantes
Dejar para después, comprar o realizar actividades a última hora son situaciones propias de la procrastinación y la desidia que evitan que llegues a lograr tus metas.
¿Qué son la procrastinación y la desidia?
La procrastinación proviene del latín procrastinare el cual significa posponer o postergar, mientras que la desidia hace referencia al desinterés, negligencia o falta de esfuerzo a ciertas actividades o situaciones. Los desidiosos o procrastinadores se sabotean a sí mismos, poniéndose obstáculos en su propio camino e incluso escogen formas de hacer las cosas que perjudican su rendimiento.
Se estima que el 20% de las personas se identifican como desidiosos crónicos. Para ellos, la procrastinación es una forma de ser y es transversal en todos los ámbitos de su vida.
¿Cómo se desarrolla?
La procrastinación no es un problema de administración del tiempo o de planeación, este problema proviene desde el ámbito familiar, pero no de forma directa, es decir, es una respuesta a un estilo de crianza autoritario y como forma de rebelión ante padres severos y controladores que no permiten que se desarrolle la habilidad de regularse a sí mismo.
Los procrastinadores suelen solicitar ayuda a familiares o amigos, pero a su vez estos últimos suelen ser un factor para no salir de ella, ya que tienden a ser tolerantes a sus excusas.
¿Cómo afecta ser procrastinador o desidioso?
La procrastinación lleva a niveles más altos de consumo de alcohol entre las personas que beben, debido a que lo ven como una forma de manifestación a sus problemas de autorregulación. Así mismo este tipo de personas suelen recurrir en repetidas ocasiones a frases como: “Mañana lo hago” o “Trabajo mejor bajo presión”, sin embargo, estas únicamente funcionan como distracciones y evasión de las actividades que no requieren gran compromiso en un intento de regular sus emociones negativas, como el miedo al fracaso o incluso el miedo al éxito.
¿Cómo se clasifica y trata?
De acuerdo al Dr. José Ferrari, Ph.D, menciona que existen tres tipos básicos de procrastinadores:
- Los tipos de excitación o amantes de la adrenalina, que esperan hasta el último minuto para sentir la euforia
- Los evasores, que prefieren que los demás piensen que son flojos, pero no fracasados
- Los indecisos, ya que, el no tomar decisiones, los exime de la responsabilidad de los resultados de dicha acción
Procrastinar o postergar tiene sus consecuencias negativas. La salud es una de ellas. También tiene un alto costo para los demás, ya que otros toman las decisiones y los trabajos que no se hacen, lo cual destruye el trabajo en equipo y las relaciones interpersonales.
Los procrastinadores pueden cambiar su comportamiento, pero generalmente se requiere de una terapia cognitivo-conductual altamente estructurada a cargo de un especialista en Psiquiatría.