Nutrición en la Obesidad
La obesidad es un aumento del tamaño y la cantidad de células grasas del organismo. Por lo tanto, se define como un exceso de grasa corporal o tejido adiposo, y una enfermedad crónica, sistémica y multicausal.
Desde el punto de vista práctico, se considera el Índice de Masa Corporal (IMC) el método para el diagnóstico de la obesidad por su correlación con la grasa corporal total. Sin embargo, la mejor forma de medir el grado de obesidad es mediante la medición de la composición corporal y así ver si hay un exceso de tejido adiposo.
El objetivo del tratamiento de la obesidad es alcanzar y mantener un peso saludable. La base del tratamiento de obesidad es realizar cambios en la dieta:
- Aumentando el consumo de vegetales, reducir la ingesta calórica, preferir carnes magras y cereales integrales.
- Aumentar la actividad física y/o hacer ejercicio físico es parte del tratamiento de la obesidad. Así mismo se ha visto beneficio del uso de terapias cognitivas conductuales para abordar problemas emocionales y de conducta relacionados con la alimentación.
Existen medicamentos aprobados para la disminución de peso, que se usan junto con una buena alimentación, ejercicio y cambios en el comportamiento, no para reemplazar a estos. En algunos casos, cuando la obesidad es grave y las herramientas previas no fueron de utilidad, se puede llegar a una cirugía bariátrica.
Recomendaciones para llevar una dieta adecuada
- Incluir verduras y frutas en la alimentación de forma diaria, preferentemente las de temporada.
- Cocinar al vapor o hervir en vez de freír.
- Ingerir productos lácteos descremados y optar por carnes bajas en grasas.
- Preferir el consumo de cereales integrales (pan integral, arroz integral, pasta integral)
Es importante cuidar las porciones de alimento, mantener una buena ingesta de agua simple al día y evitar el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados, ya que suelen ser altos en azúcar y sodio.
Consecuencias de la Obesidad
Las consecuencias de la obesidad alcanzan proporciones catastróficas. Entre ellas cabe destacar las enfermedades cardíacas y vasculares, alteraciones del metabolismo de lípidos (dislipidemias) y en consecuencia ateroesclerosis, alteraciones de la insulina originando problemas de resistencia celular a la misma (hiperinsulinemia), menor tolerancia a la glucosa, lo que origina riesgo de padecer diabetes mellitus tipo II, hipertensión arterial con el riesgo de accidentes cerebrovasculares (ACV). Al conjunto de estos factores o alteraciones se le denomina síndrome metabólico. Así mismo la obesidad se ha asociado con la aparición de algunos tipos de cáncer.
Consejos para evitar la Obesidad
- Hacer ejercicio regularmente
- Mantenerse hidratado. Tomar en promedio 2 litros de agua al día sin saborizantes ni azúcar.
- Planear los alimentos que se comerán al día siguiente ayuda a seguir de forma más fácil un plan alimenticio
- Preferir alimentos integrales
- Moderar el consumo de alcohol
El ejercicio promueve y mantiene la pérdida de peso, disminuye la obesidad abdominal, mejora la condición cardiorrespiratoria, reduce los factores de riesgo cardiovascular, disminuye el riesgo de enfermedad cardiaca coronaria, la resistencia a la insulina y la mortalidad cardiovascular.
Apegarse a una dieta mediterránea (mayor consumo de aceite de oliva en crudo, consumo de verduras y frutas frescas, mayor consumo de pescado, nueces y semillas) ha mostrado tener efectos positivos sobre la salud cardiovascular.