Obesidad Infantil: Consecuencias físicas y emocionales
La Obesidad Infantil es una preocupación creciente en todo el mundo. Afecta a niños y niñas, y sus causas pueden ser diversas.
Una de las principales causas de la Obesidad Infantil es la vida sedentaria, pues la falta de actividad física puede contribuir significativamente al aumento de peso en los niños. El consumo de alimentos procesados con altos niveles de azúcares, grasas y sal también desempeña un papel importante en esta epidemia de salud. Además, de la ingesta muy limitada de agua, el Estrés, la Ansiedad, los antecedentes familiares y el consumo de ciertos medicamentos (como la cortisona).
Para diagnosticarla, se calcula el Índice de Masa Corporal y, en ocasiones, se realizan estudios de sangre para evaluar el colesterol, la glucosa y algunas hormonas.
Tratamiento y prevención
El tratamiento principal de la Obesidad Infantil implica cambiar los hábitos alimenticios y promover la actividad física en los niños. Fomentar el consumo de verduras, evitar alimentos procesados, bebidas azucaradas y controlar las porciones son estrategias clave.
Asimismo, es fundamental enseñar a los niños a comer de todo de forma moderada y no temer a la comida. Limitar en exceso su dieta puede ser contraproducente.
Riesgos de la Obesidad en las infancias
La Obesidad Infantil está relacionada con riesgos significativos para la salud, como la Hipertensión, el Hígado Graso, resistencia a la insulina y la Diabetes Tipo 2. Aunado a esto, los niños con este problema a menudo enfrentan problemas emocionales, como la Depresión, y pueden sufrir Apnea del Sueño.
Mantener un peso saludable en la infancia es esencial; esto no solo protege la salud física de los niños, sino también su bienestar emocional.