¿Padeces Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?
El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es considerado la máxima expresión de los trastornos de la ansiedad.
La esencia del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) son las obsesiones o intrusiones, es decir, pensamientos o imágenes, repetitivos y circulares sobre uno mismo o una situación. Es entonces cuando la persona desarrolla una serie de estrategias que le permitan controlar o ignorar el impacto emocional negativo, generalmente sin éxito. Estas “estrategias” se denominan rituales, más conocidos popularmente como “manías”. Los rituales pueden ser mentales o bien conductuales.
Cuando una persona está afectada por el TOC, se ve desbordada tanto por sus obsesiones como por sus manías. El TOC puede llegar a dominar la vida del individuo y la de los que conviven junto a él, impidiéndole trabajar, concentrarse o distraerse. Pese a que no existen causas determinantes para padecer un TOC, un amplio número de estudios han constatado la existencia de factores vulnerables como el perfeccionismo o la excesiva liberación de serotonina en el cerebro y otros órganos.
Otra parte esencial del Trastorno es su elevada complejidad, ya que el grado de severidad no es el mismo en todos los pacientes ni tampoco los diferentes tipos de síntomas. Si bien dos personas dos personas pueden presentar obsesiones sobre la limpieza no necesariamente lo exteriorizan de la misma forma.
Síntomas y tratamiento del TOC
Los síntomas más comunes son, por ejemplo:
- Necesidad del afectado de que las cosas ocupen un lugar exacto
- Temor a que otros toquen los objetos o los desplacen
- Pavor a estar sucio o pegajoso
- Miedo a que por el hecho de pensar o decir algo negativo ese hecho vaya a producirse
- Temor a perder el control
Las conductas hipocondriácas, las dudas sobre haber realizado las cosas de forma adecuada y la necesidad de guardar objetos por si algún día fueran necesarios son otros de los síntomas más frecuentes.
El TOC es una enfermedad crónica que puede curarse si la persona que la padece aprende a controlarla. Múltiples estudios han evidenciado que la combinación entre el tratamiento farmacológico y la Terapia Psicológica Cognitivo-Conductual es la forma más eficaz de combatir el trastorno.