Pie diabético: Evita la amputación de la extremidad
El pie diabético se caracteriza por la presencia de una o más úlceras debajo del tobillo.
Control de la enfermedad
Se estima que uno de cada cinco diabéticos padece pie diabético. Es de suma importancia cuidar y controlar esta enfermedad, ya que se encuentra en riesgo la amputación de la extremidad. Aquellos pacientes que padecen diabetes deben asistir periódicamente con un especialista en Medicina Interna a revisiones continuas para descartar el padecimiento.
Además de los que padecen diabetes, las personas de edad avanzada, hipertensas, con falla renal o alguna enfermedad cardíaca o cerebrovascular son las que se encuentran más propensas.
Como se mencionó anteriormente, los pacientes con pie diabético están en riesgo de perder la extremidad o incluso, ponen su vida en riesgo debido a infecciones y eventos cardiovasculares (infarto cardiaco o cerebral). Cuando existe infección grave se indica la amputación, si ésta se realiza la mortalidad de estos pacientes es muy alta durante el primer año (principalmente por infarto del corazón). Si se dejan a libre evolución, es decir, sin tratarse, aproximadamente 1 de cada 3 estará vivo y conservando la extremidad.
Para acelerar la curación y evitar la amputación se requiere corregir el déficit de circulación. Un paciente diabético que tuvo una úlcera y cicatrizó, tiene un riesgo de 50% de tener otra (en el mismo pie o en el contralateral) en los siguientes dos a tres años.
Tratamiento ideal
El principal factor de riesgo para padecer pie diabético, es la neuropatía diabética la cual es una disminución en la sensibilidad que ocasiona lesiones predisponentes o ulceraciones. Los síntomas de neuropatía se presentan en el 40% de pacientes con diabetes después de algunos años.
El tratamiento de esta patología es multidisciplinario ya que se requiere de diferentes especialistas; consiste en evaluar la funcionalidad del corazón y riñones, así como controlar el nivel de glucosa. Posteriormente, se retira el tejido muerto y se drena el pus, complementándose de antibióticos. Como parte del proceso se le recomienda al paciente tener el pie en reposo y usar calzado especial.