Piedras en la vesícula: ¿Es necesaria su extracción?
Las piedras en la vesícula son más antiguas de lo que imaginamos, se estima que desde hace 2000 años se ha presentado este padecimiento en la humanidad, incluso hay registros de momias egipcias con restos de cálculos. Con el paso de los años se ha ido investigando como lograr su diagnóstico y tratamiento, no siendo hasta el sigo XIX que se descubrió.
¿Qué son los cálculos?
La vesícula biliar es un órgano localizado en la parte superior derecha del abdomen y debajo del hígado y que a su vez están conectados para la liberación de la bilis hacia el intestino delgado, la cual es su principal función.
Los cálculos vesiculares son formaciones hechas de colesterol, pigmentos biliares y calcio y para lograr su formación es necesaria la presencia de tres elementos que son: bilis formadora de cálculos, precipitación de cristales de colesterol y aglomeración de los mismos y que al estancarse formas las ya conocidas “piedras”.
¿Cómo detectarla?
Este padecimiento afecta en su mayoría a mujeres que hombres y puede presenciarse en cualquier etapa de la vida, sin embargo, aquellas mujeres mayores de cuarenta años, con más de dos partos y/o obesidad, son más propensas.
En los últimos años se ha encontrado que una alimentación con alto contenido en carbohidratos y grasas también es un factor de riesgo, que pone en propensión a hombres jóvenes y mujeres sin embarazos.
Los síntomas se presentan a causa de la inflamación de la vesícula biliar y la obstrucción de la salida de la bilis hacia el intestino ocasionando:
- Dolor abdominal
- Dolor en espalda
- Nauseas
- Vómito
Se puede presentar dolor semejante a la gastritis, sin embargo, puede tratarse de piedras.
Tratamiento
Para obtener un tratamiento adecuado es necesario acudir con un especialista en Cirugía General el cual analizará el cuadro clínico y síntomas de cada paciente para poder prescribir la realización de exámenes médicos de apoyo para confirmar el diagnostico como el ultrasonido de abdomen que es mínimamente invasivo y eficaz.
El tratamiento más adecuado es la extirpación de la vesícula biliar, debido a que si se mantiene la piedra dentro de la vesícula podría ocasionar un aumento del tamaño y una ruptura que derivara en una peritonitis e infecciones en la vía biliar que ponen en peligro la vida del paciente.
La cirugía es mínimamente invasiva, se realiza a través de cuatro pequeñas incisiones en el abdomen, permitiendo al paciente una cirugía estética, con menos dolor, estancia y tiempo de recuperación.