Prótesis de Cadera: Todos los detalles de este procedimiento
La Prótesis de Cadera es un tratamiento en el cual se busca sustituir una superficie articular dañada por desgaste, Fractura u otra patología por una superficie metálica.
Tipos de Prótesis
Existen diferentes tipos de Prótesis que han evolucionado a través de los años conforme al desarrollo de los biomateriales y las nuevas tecnologías en la construcción de estas. Los tipos más comunes son:
- Prótesis Bipolares
- Prótesis Monopolares
- Prótesis Totales
- Prótesis de Doble Movilidad
Todos estos tipos pueden ser cementados o no cementados, requieren de un proceso de osteointegración al hueso y un sistema de fijación a través de tornillos o spikes.
Razones para colocar una Prótesis de Cadera
Existen diferentes patologías que pueden obligar a las personas a colocarse una Prótesis de Cadera. La principal razón es cuando el cartílago se encuentra severamente dañado y la persona presenta un dolor insoportable. En estos casos, la única manera de darle alivio es colocar una Prótesis de Cadera.
Una persona puede someterse a esta intervención por un desgaste articular que se ha formado a través de muchos años o personas que súbitamente desarrollan una Necrosis Vascular de Cadera, la cual se presenta en pacientes relativamente jóvenes de 35 a 45 años. Otras condiciones pueden ser una deformidad congénita como una Displasia de Cadera y en la población adulta mayor se puede recurrir a una Prótesis de Cadera en caso de Fracturas.
Todo sobre el procedimiento
El abordaje se puede hacer de distintas formas según la preferencia del cirujano. En la intervención se llega hasta la articulación de la cadera y se retira la parte dañada que normalmente es la cabeza femoral junto con su cartílago. Posteriormente se trabaja una Prótesis hecha al tamaño de las necesidades de cada paciente para así, reestablecer su función normal.
La preparación previa consiste en la valoración por una persona especialista en Medicina Interna o Cardiología para que exista un riesgo mínimo durante el procedimiento. Para ello, se realizan algunos exámenes de laboratorio de rutina y se tiene que descartar la presencia de algún proceso infeccioso, sobre todo en pacientes con Diabetes. Además, se solicitan las Radiografías adecuadas para poder identificar el tipo de deformidad o desgaste y así saber qué componentes se necesitan y cuáles son los óptimos para resolver el problema.
Después de la intervención lo principal es tener el cuidado adecuado sobre la herida para evitar una infección. En este caso es importante seguir las recomendaciones de la persona especialista de acuerdo con el material que se utilice. En algunos casos se indican algunos movimientos de forma inmediata que tienen el objetivo de evitar algún riesgo tromboembólico. Estos movimientos pueden ser ejercicios en cama, ponerse de pie o sentarse en un sillón especial.
En el segundo día, una vez que el dolor se haya manejado correctamente, deben empezar a caminar (siempre con el apoyo de un andador y de otra persona) para que el paciente se acostumbre a la sensación de la nueva cadera. Además, se pueden indicar algunos ejercicios de fortalecimiento muscular para adaptar la marcha y recuperar la atrofia muscular.
Además, es probable que durante las siguientes semanas las personas requieran de un elevador en el asiento del baño y es recomendable no subir ni bajar escaleras. En el caso de las personas adultas mayores se recomienda tener un ambiente despejado y sin obstáculos para evitar caídas y procurar una recuperación completa.
En caso de requerir una Prótesis de Cadera es necesario acudir con una persona especialista en Ortopedia que tenga entrenamiento en reconstrucción articular o Cirugía Articular.