¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y cómo afecta la vida diaria?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición en la cual los niños tienen dificultades para prestar atención, cometen errores al no percibir los detalles de las cosas y además son niños muy inquietos a quienes les cuesta mucho controlar sus impulsos.
¿Cómo se comporta una persona con TDAH?
El comportamiento de un paciente con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) dependerá de cuál de los síntomas prevalece. Algunos pueden ser más inatentos, mientras que otros pueden ser más hiperactivos e impulsivos.
En cuanto a la inatención, se define como la dificultad para prestar atención cuando alguien les está hablando, de tal manera que parece que no están escuchando. Asimismo, al hacer una tarea no se fijan en los detalles y cometen errores por ello; también puede ser que pierdan sus útiles escolares o cosas importantes debido a esta dificultad o que se distraigan fácilmente por algún estímulo externo.
Por otro lado, también puede suceder que algunos pacientes presenten una situación de hiperconcentración, que es cuando algo que los motiva mucho les hace no prestar atención a nada más y quedarse absortos en ese tema.
En cuanto a la Hiperactividad, son niños que no pueden estar quietos un segundo, incluso pueden tener dificultades para jugar tranquilamente un juego de mesa o ser muy impulsivos. Suelen ser muy propensos a sufrir accidentes, lo cual es una de las preocupaciones principales, ya que, al no poder controlar sus impulsos, pueden lanzarse y lastimarse o colocarse en situaciones peligrosas.
¿Cómo y a qué edad se diagnostica esta enfermedad?
El diagnóstico se realiza con la ayuda de un equipo multidisciplinario, ya que se requiere una evaluación neuropsicológica y conductual para saber cómo se comportan los pacientes en diferentes entornos. Como el Déficit de Atención puede causar dificultades tanto en casa como en la escuela, es necesario realizar una evaluación integral que incluya una prueba neuropsicológica y clínica. Una vez obtenida esta información, se puede realizar el diagnóstico.
La edad de diagnóstico en la mayoría de las pruebas está comprendida entre los cuatro y dieciocho años, ya que los síntomas suelen aparecer antes de los doce años. Es importante tener en cuenta que estos síntomas son situaciones que se presentan durante el desarrollo y no exclusivamente en etapas adultas.
¿Cuál es el tratamiento a seguir?
El tratamiento inicial consiste en un manejo terapéutico con Terapia Cognitivo-Conductual o dirigida al perfil del niño en particular. Dependiendo del diagnóstico, el déficit de atención puede estar relacionado con otros trastornos, como la ansiedad, que también deben tratarse terapéuticamente.
Además, en algunos casos de Déficit de Atención moderado a grave, el uso de medicamentos es muy importante, ya que ayuda a que el paciente tenga una respuesta positiva a las terapias. En estos casos, se recomienda un tratamiento combinado para obtener mejores resultados.
Riesgos de padecer TDAH
En una persona adulta que no ha sido diagnosticada, los riesgos principales son las comorbilidades, la ansiedad, la sensación de estar todo el tiempo cansado e incluso no tener una vida social adecuada. Ya que, al no poder controlar sus impulsos, pueden llevar a tener conductas que pueden ser tachadas como inadecuadas o agresivas, e incluso pueden tener problemas en el trabajo, siendo juzgados por sus comportamientos. Además, pueden presentarse depresión y trastornos del sueño.
De esta manera, es importante identificar el TDAH en la edad pediátrica con el objetivo de evitar que se llegue a la edad adulta con alguno de estos problemas sociales y de salud.