Células T y el COVID-19: ¿Es posible una inmunidad innata contra el virus?
Desde el inicio de la pandemia, se ha investigado si algunas personas podrían tener una inmunidad natural al COVID-19. Diversos estudios sugieren que ciertas personas no desarrollan síntomas o incluso pueden no contagiarse del virus. Pero, ¿por qué ocurre esto? Aquí te lo explicamos.
El papel de las Células T en la inmunidad
Una de las claves de esta inmunidad podría estar en las células T, un tipo de glóbulo blanco que juega un papel crucial en la defensa del cuerpo contra las infecciones. Investigaciones recientes han mostrado que estas células podrían ayudar a algunas personas a resistir la infección por el Coronavirus, incluso si no han estado expuestas previamente al virus.
¿Qué son las Células T?
Las células T son linfocitos que circulan por la sangre y el sistema linfático. Su función principal es identificar y destruir células infectadas por virus o bacterias.
Estas células se desarrollan en el timo, una glándula ubicada en el pecho, especialmente durante la infancia y hasta los 25 años. Su capacidad para responder a patógenos es esencial para el sistema inmunológico.
¿Cómo funcionan las Células T?
Cuando una persona se expone a un patógeno como el SARS-CoV-2, el cuerpo activa primero su respuesta inmune innata, que actúa rápidamente, pero de forma genérica. Si esta no es suficiente para eliminar la infección, entra en acción el Sistema Inmune Adaptativo, en el que las células T juegan un papel central.
Las células T pueden reconocer fragmentos específicos del virus y coordinar la destrucción de las células infectadas. Después de superar la infección, algunas de estas células se convierten en células T de memoria, que permanecen en el cuerpo durante mucho tiempo y permiten una respuesta más rápida si el mismo patógeno reaparece en el futuro.
¿Cómo saber si tienes Células T activas contra el COVID-19?
Determinar si tienes células T específicas contra el COVID-19 es un reto. Aunque las pruebas de anticuerpos y PCR pueden revelar si has tenido una infección reciente, identificar la presencia de células T específicas requiere pruebas más complejas y costosas. Estas pruebas suelen realizarse solo en entornos de investigación o laboratorios especializados.
Sin embargo, estudios han demostrado que muchas personas que han tenido contacto con coronavirus previos, como los que causan el resfriado común, pueden tener células T que responden al SARS-CoV-2, lo que podría explicar por qué algunas personas no se infectan gravemente.
¿Qué significa esto para la inmunidad a largo plazo?
La duración de la inmunidad al COVID-19 sigue siendo un tema de estudio. Se ha encontrado que las células T pueden persistir durante años después de una infección, como se observó en personas que habían superado el SARS en 2003. Esto sugiere que las células T también podrían proporcionar una protección a largo plazo contra el SARS-CoV-2.
Algunas Vacunas también están diseñadas para estimular la producción de células T, con el objetivo de crear una memoria inmunológica más duradera y efectiva. Esto es crucial para combatir no solo la infección inicial, sino también las variantes emergentes del virus.
Aunque la inmunidad natural al COVID-19 aún no está completamente entendida, las células T parecen jugar un papel crucial en la protección de algunas personas contra la enfermedad. Investigaciones futuras seguirán revelando cómo estas células pueden ayudarnos a combatir la pandemia y cómo pueden influir en el diseño de vacunas más efectivas y duraderas.