Reinserción laboral en una enfermedad oncológica: miedos y preocupaciones
El absentismo laboral puede ser una solución a corto plazo, pero lo que hace a medio y largo plazo es empeorar el problema y aumentar la frustración del enfermo
Con el diagnóstico de Cáncer las emociones negativas se disparan y pueden hacerse incontrolables y llegar a afectarnos de una manera significativa en nuestro día a día. Una vez recuperados, teóricamente ya estamos preparados para volver a nuestras actividades cotidianas, pero en muchas ocasiones surgen miedos y preocupaciones muy intensos que nos pueden llegar a interferir a la hora de recuperar nuestras ocupaciones anteriores a la enfermedad, entre ellas la vuelta al trabajo.
La vuelta a la normalidad es compleja y depende de cada caso, y es que el Cáncer es una enfermedad que afecta hoy a 1.500.000 personas que viven en España y de la que cada año registra 222.000 nuevos casos. Debido a que el 40% de ellos están en edad de trabajar y se ha duplicado la supervivencia y tasa de superación, la vuelta al trabajo más que un objetivo es una meta.
Cómo volver a la normalidad
Las dificultades van a estar ahí; presiones excesivas, críticas negativas, prejubilaciones o no renovaciones de contrato pueden poner en peligro la completa rehabilitación de un paciente. El absentismo laboral puede ser una solución a corto plazo, pero lo que hace a medio y largo plazo es empeorar el problema y aumentar la frustración del enfermo.
Un papel activo en la reincorporación, una actitud centrada en la confianza, flexibilidad y tolerancia consigo mismo puede ser una garantía de éxito. La ayuda psicológica es en estos casos es clave para proporcionar herramientas al paciente y ayudar a afrontar esta situación de una manera adecuada.
Miedo al rechazo
El temor a compartir la enfermedad con el entorno laboral por miedo a un posible rechazo puede ser habitual entre los nuevos diagnosticados. En unos casos esta situación les genera Ansiedad y nerviosismo, mientras que en otros, les da sensación de normalidad y les ayuda a encarar la enfermedad con la máxima serenidad posible. Por eso los especialistas insisten en avanzar en el desarrollo de tratamientos que produzcan menos secuelas y permitan a los pacientes reincorporarse lo mejor y más pronto posible.