Resección Transuretral de la Próstata: ¿Qué es y cómo mejora tu vida?
Procedimiento utilizado para tratar el agrandamiento benigno de la Próstata. Esta afección, común en hombres mayores, puede causar dificultad para orinar, goteo y necesidad frecuente de orinar.
Resección Transuretral de la Próstata
Este procedimiento consiste en la eliminación de tejido prostático a través de la uretra. A continuación, se describe el proceso:
El especialista introduce una pequeña cámara a través del meato urinario, que es la abertura por donde sale la orina, avanzando hasta localizar la Próstata. Una vez ubicada, se inspecciona toda el área, no solo el tejido prostático, sino también la vejiga. Después, se procede a eliminar el tejido que obstruye el flujo urinario.
Es importante destacar que este procedimiento no consiste en remover completamente la Próstata, sino solo en eliminar el tejido que causa la obstrucción.
¿Cuáles son las razones por las que un hombre necesita este procedimiento?
Hay varias causas y justificaciones para realizar esta intervención, las cuales se clasifican en indicaciones absolutas y relativas.
Indicaciones absolutas
Entre las indicaciones absolutas se encuentran:
- Tamaño de la Próstata: si la Próstata pesa más de 75 g o tiene un volumen mayor a 75 cc. El tamaño normal de la Próstata oscila entre 20 y 30 cc, aproximadamente
- Obstrucción de la vía urinaria: puede provocar una retención aguda de orina, requiriendo el uso de una sonda transuretral
- Piedras en la vejiga: las piedras vesicales (litos) se forman debido a la obstrucción urinaria que impide eliminar correctamente la orina
- Lesión renal secundaria al crecimiento prostático: en casos graves, el crecimiento de la Próstata puede causar daño renal, lo que justificaría la cirugía
Indicaciones relativas
Las indicaciones relativas incluyen:
- Cambios en el flujo urinario: medidos a través de una estadística llamada IPSS
- Hematuria: presencia de sangre en la orina
- Vaciamiento incompleto de la vejiga: evaluado con ultrasonido antes y después de orinar, lo que ayuda a determinar si se requiere una intervención
Consideraciones previas al procedimiento
Como todo procedimiento quirúrgico, este requiere ingresar al quirófano y contar con un Anestesiólogo. Por lo tanto, es necesario realizar estudios previos como análisis de laboratorio, Radiografía de Tórax y Electrocardiograma para asegurar que los beneficios superen los riesgos.
Situaciones atípicas para someterse a dicho procedimiento
Algunas situaciones atípicas que podrían requerir una intervención urgente incluyen:
- Retención urinaria completa: ocurre cuando el paciente no puede orinar debido a la obstrucción causada por el crecimiento prostático
- Sangrado importante: cuando el origen del sangrado es la Próstata y se forman coágulos que bloquean la vía urinaria, podría ser necesaria una intervención quirúrgica inmediata
Aunque las técnicas modernas han reducido los riesgos, existen algunas complicaciones asociadas a este procedimiento:
- Estenosis Uretral
- Infección de las Vías Urinarias
- Hematuria Posoperatoria
- Síndrome post-RTUP
Tiempo de recuperación
Generalmente, después de la cirugía, se deja una sonda transuretral para vaciar la orina. Esta se retira después de 3 a 7 días, dependiendo de la disminución del sangrado. El periodo de recuperación dura aproximadamente 7 días, durante los cuales se recomienda reposo y una ingesta abundante de líquidos.
Tasa de éxito
La tasa de éxito de este procedimiento es alta, especialmente en términos de mejorar la micción y la calidad de vida del paciente. Sin embargo, la satisfacción puede variar dependiendo de las condiciones preexistentes del paciente, como la Diabetes o la Vejiga Neurogénica, que pueden afectar el vaciamiento urinario, independientemente del tamaño de la Próstata.