Síndrome de Piernas Inquietas
El Síndrome de Piernas Inquietas es un trastorno sensitivo motor que se produce en personas de determinado rango de edad
El Síndrome de Piernas Inquietas es un trastorno sensitivo motor que se produce en personas de determinado rango de edad, con determinados factores predisponentes y está definido por cuatro criterios mayores, que son las molestias en las piernas que pueden ser calambres o pinchazos que el paciente las describe de distintas maneras; esas molestias aparecen o empeoran con el reposo o cuando el paciente está en estado de inactividad y esas molestias mejoran con el movimiento de las piernas.
Un criterio muy importante del Síndrome de Piernas Inquietas es que se produce a últimas horas de la tarde y por la noche, es decir, cumple un ritmo circadiano a diferencia de otros trastornos y que la exploración neurológica es normal.
Se tiene que tener en cuenta que existen unos criterios adicionales en el Síndrome de Piernas Inquietas como la presencia de movimientos periódicos de las piernas que pueden ser tanto en sueño como en vigilia; y que existe un componente familiar, muchos de estos pacientes tienen familiares de primer grado, es decir, padres o hermanos o hijos con Síndrome de Piernas Inquietas; y que las alteraciones de los movimientos periódicos de las piernas ocurren durante el sueño y alteran su ritmo normal.
¿Qué personas son propensas a padecerlo?
Son propensas a padecer el Síndrome de Piernas Inquietas varios grupos poblacionales, la gente que tiene Anemia o falta de hierro, las embarazadas o pacientes que puedan tener otros trastornos asociados como una Polineuropatía por Diabetes Mellitus, por ejemplo.
¿Cómo se trata? ¿Puede volver a aparecer?
El Síndrome de Piernas Inquietas tiene un tratamiento de tipo farmacológico. Se utilizan principalmente tres fármacos: el Ropirinol, la Rotigotina y el Pramipexol, y las dosis se manejan de acuerdo a la sintomatología que presente el paciente. El Síndrome de Piernas Inquietas no es un trastorno que se pueda curar; puede remitir por sí mismo, pero puede reaparecer. Si un paciente deja de tener síntomas, a lo mejor al tiempo puede volver a presentarlos.