Sueño deficiente: Un factor clave en el incremento del riesgo de Demencia

Sueño deficiente: Un factor clave en el incremento del riesgo de Demencia

Editado por: Luis Ángel Cortina Sánchez el 23/10/2024

La calidad del sueño ha sido considerada un indicador clave de la salud general. Estudios recientes han revelado una conexión preocupante entre los problemas para conciliar el sueño, especialmente durante la noche, como una señal temprana de alerta para el desarrollo de Demencia en el futuro.

 

El vínculo entre el sueño y la salud cerebral

Las personas que experimentan con frecuencia despertares nocturnos y siestas diurnas prolongadas presentan un riesgo significativamente mayor de desarrollar Demencia. Esto debido a que la falta de sueño podría estar afectando negativamente la salud cerebral de manera directa.


Durante las horas de descanso, el cerebro realiza tareas vitales, como la eliminación de toxinas y la consolidación de la memoria. Las alteraciones en el sueño podrían interrumpir estos procesos cruciales, aumentando así el riesgo de acumulación de proteínas dañinas en el cerebro, un factor clave en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.


Más allá del insomnio, las siestas diurnas excesivas podrían ser una señal de alerta. Si bien las siestas cortas pueden ser beneficiosas para algunas personas, siestas prolongadas o frecuentes durante el día podrían indicar un sueño nocturno de mala calidad, lo cual podría aumentar el riesgo de desarrollar problemas cognitivos.


El impacto de los Trastornos del Sueño en el riesgo de Demencia

Además de la falta de sueño, ciertos trastornos del sueño, como la Apnea del Sueño, también se han asociado con un mayor riesgo de Demencia. Esto puede deberse a que la apnea interrumpe el sueño de las personas o a que tiende a presentarse en personas con sobrepeso o diabetes, factores que también están relacionados con la Demencia.


Sin embargo, incluso cuando se elimina el efecto de estos otros problemas, la Apnea del Sueño resulta ser un riesgo independiente de Demencia. Esto debido a que limita la cantidad de oxígeno que llega al cerebro, lo que puede aumentar la inflamación cerebral y dañar los vasos sanguíneos y las células.


La conexión entre la necesidad de dormir en exceso y los problemas de salud subyacentes

En el otro extremo del espectro, dormir demasiado también parece estar relacionado con un mayor riesgo de Demencia, aunque de forma más indirecta. Si una persona permanece regularmente en cama más de nueve horas por noche o toma múltiples siestas durante el día, puede ser una señal de que está durmiendo muy mal, lo que podría aumentar el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer por las razones mencionadas anteriormente.


Por otra parte, la necesidad de dormir en exceso puede estar relacionada con una discapacidad mental o física. Los trastornos de salud mental, como la Depresión, y los problemas de salud física, como la Diabetes o las Enfermedades Cardiovasculares, se asocian con un mayor riesgo de demencia, al igual que la inactividad física, la soledad y el aislamiento. En estos casos, el sueño excesivo podría ser un síntoma de un problema subyacente, más que la causa directa del problema.


Los problemas de sueño como señales tempranas de Demencia

Algunas de las primeras áreas del cerebro afectadas por el Alzheimer son las que ayudan a regular el sueño y los ritmos circadianos. Como resultado, las personas que desarrollan la enfermedad pueden experimentar problemas de sueño incluso antes de mostrar signos de pérdida de memoria u otros síntomas.


Junto con la proteína amiloide, la otra proteína principal que se cree que causa la enfermedad de Alzheimer se llama tau. Al igual que la amiloide, la tau también se acumula en el cerebro y, en última instancia, daña las células cerebrales. Uno de los primeros lugares en los que aparece la acumulación de tau son áreas del tronco encefálico importantes para regular el sueño y la vigilia. Por lo tanto, se cree que la aparición temprana de tau en estas áreas puede alterar los ciclos de sueño-vigilia de las personas.


Medidas preventivas para promover un sueño saludable

En caso de experimentar con frecuencia problemas para dormir por la noche o siestas diurnas excesivas, es recomendable consultar con un profesional médico para descartar cualquier condición subyacente.


Además, adoptar hábitos que promuevan un sueño saludable puede ser crucial para prevenir el riesgo de desarrollar Demencia. Algunas medidas efectivas pueden ser:

  • Establecer un horario regular de sueño y despertarse, incluso los fines de semana
  • Crear un ambiente de sueño relajante y oscuro en la habitación
  • Evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse
  • Realizar actividad física regular, pero no demasiado cerca de la hora de dormir
  • Practicar técnicas de relajación como la meditación o el yoga


Otros tipos de Demencia y sus efectos en el sueño

Los problemas de sueño también pueden ser un signo temprano de otros tipos comunes de Demencia. En la Demencia por cuerpos de Lewy y la Demencia asociada a la enfermedad de Parkinson, por ejemplo, el sueño con movimientos oculares rápidos a veces se ve alterado, lo que hace que las personas actúen sus sueños, algo que su compañero de cama podría notar.


Es importante destacar que es normal que los adultos mayores experimenten ciertos cambios en sus patrones de sueño después de jubilarse. Dormir un poco más o un poco menos, o despertarse y acostarse a horas ligeramente diferentes a las habituales, no necesariamente indica un problema subyacente.


Sin embargo, si se ha producido un cambio drástico en los hábitos de sueño, es recomendable consultar a un profesional médico o a un especialista del sueño. Ya que, si una persona se levanta a las 2 o 3 de la mañana, o duerme tres horas durante el día, podría ser motivo de preocupación y requeriría una evaluación más profunda.


Dormir bien es fundamental para mantener una buena salud física y mental a largo plazo. Ante cualquier cambio significativo en los patrones de sueño, es recomendable buscar ayuda profesional, ya que prevenir problemas de sueño a tiempo podría ser crucial para proteger la salud cerebral y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como la Demencia.

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