Supera el miedo y la ansiedad después de la cuarentena
El COVID-19 nos cambió la vida, el aislamiento de las personas no infectadas ha provocado un giro de 180º. Al estar confinados nuestros miedos (superficiales y profundos) salieron a flote, sin embargo, muchos individuos han aprendido a adaptarse de una u otra forma.
El miedo después de la cuarentena por COVID-19
A casi 5 meses de haber iniciado la Pandemia por Coronavirus, nuevos temores salieron a flote y están presentes en la Nueva Normalidad.
El miedo y la angustia se vence enfrentándolos. La primera reacción del ser humano al sentirse temeroso es la evitación, escapar de aquello que nos asusta. Pero debemos hacer todo lo contrario, exponernos a ese miedo, a esa angustia. Se dice fácil, pero, aunque de inicio no lo parezca, enfrentar un temor constantemente disminuye el impacto en las emociones.
Primeramente, tenemos que evaluar los pensamientos que nos abordan, los miedos que nos atacan. Por lo general los construimos bajo principios de una futurización catastrófica y los pensamos bajo términos de: “¿y si…?”, “¿qué tal que…?”, “¿imagínate que…?” seguidos de un desastre o algo terrible por ocurrir: “¿Y si ahora que salga me da COVID-19?”, “¿qué tal que yo no me muero, pero contagio a mis padres y uno de ellos muere por mi culpa?”, “¡imagínate que me corran del trabajo!” Sin lugar a duda, este tipo de pensamientos son ansiogénicos.
No se trata de exponernos al COVID-19 para vencer los miedos, sino a los pensamientos futurizados catastróficamente. Aún no suceden, pero la persona ya tiene miedo y evita situaciones que sólo empeoran la ansiedad y el miedo.
Actividades para eliminar el miedo después del confinamiento
Eliminar el miedo y exponerse a esos pensamientos catastróficos son la clave. Pero también es importante generar rutinas para recuperar la funcionalidad previa, la cuarentena nos metió en un aletargamiento y desconexión con nuestras rutinas. Es recomendable practicar técnicas de relajamiento como el Mindfulness, Meditación y Respiración Guiada.
Otro factor importante es mantener la interacción social, con familia, amigos y compañeros de trabajo. La cuarentena nos llevó al mundo de las plataformas digitales y la comunicación a larga distancia, sin embargo, es importante retomar el contacto físico (en la medida de lo posible) con la sana distancia y las recomendaciones de salud.
La interacción nos nutre de muchos sentidos: nos brinda una sensación de pertenencia, permite hacer catarsis ante las experiencias recientes, brinda la oportunidad de ser escucha directa de aquellos quienes necesitan desahogo o apoyo; nos ayuda a adaptarnos a esta nueva realidad.
Controlar la ansiedad y el estrés por la incertidumbre generada por el COVID-19
La incertidumbre es parte inexorable de nuestra vida, existe desde antes de nacer. No hay garantías de nada. Nos queda aceptar la incertidumbre, la duda y no poder controlar muchas cosas de la vida.
El COVID-19 ha enfatizado en preguntas como: ¿qué va a pasar con la cuarentena?, ¿es fácil enfermarme de Coronavirus?, ¿cuántas personas morirán? Esto fue al inicio de la Pandemia, actualmente la incertidumbre sigue girando en torno a la salud y preocupaciones cotidianas como la seguridad económica y el desempleo.
No tenemos control de muchas cosas, pero sí de nuestra salud y conductas. Podemos mantener la sana distancia, respetar lineamientos razonables en pro de la salud, alimentarnos sanamente y hasta tomar suplementos que ayuden a fortalecer nuestro sistema inmune; también podemos realizar actividades que nos generen risa o felicidad: esto sí está en nuestro control, puede ayudarnos a manejar la ansiedad y el estrés contra la incertidumbre.
Para conocer a detalle las técnicas de relajamiento y poder practicarlas de forma cotidiana, te invito a visitar mis redes sociales (Psic. Liz Basañez). Entre más las practiques encontrarás calma, relajación y hasta paz de una forma más eficiente.