Tanatología: ¿Sabes en qué consiste la terapia tanatológica?
Lo que hace la Tanatología es acompañar a la persona de acuerdo a su propio ritmo y de acuerdo a sus propias necesidades. Todas aquellas personas que estén cursando por un cambio radical en su vida que implique sufrimiento o añoranza, puede acudir a terapia tanatológica.
¿Qué es la Tanatología?
La Tanatología es la disciplina que se encarga de acompañar a aquellas personas que están viviendo cualquier tipo de pérdida. Originalmente esta disciplina sólo se enfocaba en situaciones de muerte de un ser querido o en el acompañamiento a personas en fase terminal de alguna Enfermedad Crónica o Degenerativa, pero en la actualidad se enfoca realmente en todas las áreas del desarrollo personal donde cada uno de los individuos pueda estar presentando alguna situación de cambio radical en su vida y que esto forzosamente implique el procesar pérdidas. Incluso a veces hasta tomar ciertas decisiones implica tener pérdidas en la vida, por ejemplo.
¿Cuáles son los objetivos de la Tanatología?
La Tanatología pretende resignificar el dolor que implica cualquier pérdida. Esto es necesario porque generalmente somos resilientes al cambio y lo que hace la tanatología es acompañar a la persona de acuerdo a su propio ritmo y de acuerdo a sus propias necesidades para que pueda ir afrontando cada uno de los nuevos elementos con los que se va ir encontrando en una situación diferente a la vida que previamente tenía.
¿Cuáles son los beneficios del tratamiento tanatológico?
Cuando nos enfrentamos una pérdida, generalmente las personas inintencionadamente tratan de darnos palabras de aliento, pero esto hace que nos sintamos en una situación de victimización o, incluso, de condescendencia, por lo que no reaccionamos adecuadamente cuando empezamos a sentir que los demás nos empiezan a tener lástima por una situación de sufrimiento. Aquí es donde entra la Tanatología: lo que hace es que el dolor esté presente, pero que no haya una sensación de minusvalía o de menosprecio frente a al drama que se tiene que generar alrededor de ese dolor que la persona tiene que enfrentar.
¿En qué consiste el tratamiento tanatológico?
Generalmente el tanatólogo lo que hace es ser como la sombra de la persona, es decir, está presente todo el tiempo cuando la persona lo requiere y proporcionarle sugerencias, estrategias o recursos que la misma persona tiene: no se crea nada, no se crean situaciones diferentes a lo que la persona ya está viviendo, sino que de aquella experiencia que ha tenido previamente, se retoman elementos y se aplican en la situación actual. Esto hace que la persona sienta que dentro de ella está la fortaleza para afrontar la situación y que, a final de cuentas, de lo que se trata es de que el dolor no sea un obstáculo para continuar con su vida.
También hay situaciones emocionales que hacen que la persona deje de tener esta motivación para continuar viviendo y entonces el acompañamiento ayuda a resignificar el dolor para que, desde esa fortaleza que implica sentirlo, la persona pueda generar nuevamente ganas de continuar viviendo.
¿Qué es el Duelo?
El Duelo es todo el proceso que implica el enfrentarse a una situación de pérdida. La palabra “duelo” proviene de la palabra dolor, por lo que generalmente asociamos el dolor a una situación de sufrimiento únicamente. Sin embargo, el dolor también es una situación de alerta y de resignificación frente a nuestra perspectiva de vida.
Entonces, pasar por el proceso de Duelo es tener todos estos elementos claros y tratar de ser lo más objetivos posibles para que veamos que esta nueva realidad también tiene nuevas oportunidades y no es únicamente ser condescendientes con nosotros mismos, sino que a partir de esta nueva realidad contamos con otros recursos y que, tal vez, ya no sea posible regresar a entornos previos pero que contamos con los elementos para podernos adaptar a las nuevas situaciones, de una forma más madura, más clara y hasta con decisión personal.
¿Para quiénes está dirigida la terapia tanatológica?
Prácticamente, todas aquellas personas que están pasando por un cambio radical en su vida que implique sufrimiento o añoranza a ciertas situaciones previas, puede acudir a terapia tanatológica.
Estas pueden ser situaciones de vida, tales como entrar a una nueva etapa como la vejez, o situaciones sociales como la jubilación, o incluso situaciones de viudez. En muchos de los casos la misma persona que está cursando por una enfermedad o un diagnóstico terminal o, incluso, muchas veces el hecho de tener un diagnóstico médico en otras circunstancias como aquellas personas que han tenido algún accidente y han tenido que padecer amputación de alguna de sus extremidades.
Asimismo, pueden beneficiarse de esta terapia las personas que hayan pasado o estén pasando por situaciones oncológicas, ya sean niños, adolescentes o adultos y que esto implique una pérdida de la vida cotidiana. Muchas veces ser sometidas a alguna Mastectomía en las mujeres o el hecho de un cambio de Ciudad, un cambio de residencia, el cambio del estatus social, la pérdida laboral, los padres al tener un hijo que es diagnosticado con alguna discapacidad.
También es importante que se elabore el Duelo por la pérdida de un hijo que se tenía idealizado en las expectativas, las personas que tienen una ruptura de pareja ya sea de noviazgo o de una pareja ya formalmente establecida. También puede estar dirigida a madres que tienen hijos que se van de la casa o a aquellas personas que se han dedicado a cuidar a pacientes o a familiares enfermos que fallecen pues se quedan sin ese eje de su vida, puesto que, lamentablemente, algunos cuidadores basan su vida en el bienestar de quien ya no está. En resumen, prácticamente todos somos candidatos para tener un acompañamiento tanatológico.
¿Cuál es la diferencia entre la terapia tanatológica y la psicoterapia?
La principal diferencia es que en la Tanatología no se generan objetivos como en la psicoterapéutica. En la parte psicológica uno busca que los estándares establecidos sean los que la sociedad misma está imponiéndole a la persona, ya sean situaciones de adaptación escolar, laboral, social, familiar, deportiva y que entonces la persona genere aquellos recursos que le permitan adaptarse a esas exigencias, mientras que en la parte Tanatológica es prácticamente a la inversa: que se respete el ritmo el tiempo y la forma en que la persona va a enfrentar cada una de estas pérdidas y que no dependa de las exigencias sociales sino que realmente se vaya fortaleciendo desde su entorno individual para entonces poder después generar aquellos recursos que le permitan volverse a la sociedad.
El objetivo es que las personas no lo sientan como una situación en la que están vulnerables, sino que más bien, al enfrentarse a una pérdida, puedan darle continuidad a su vida y, aunque en ese momento no pueden ver que aquello que se perdió tenía fecha de caducidad, a través de esto podemos aprender cosas de la vida e, incluso, valorar lo que sí tenemos a través de todas estas pérdidas. No esperemos a perder algo para valorarlo: tratemos de valorarlo previamente a que esto suceda.