Tipos de Hepatitis: Causas, síntomas y cómo diferenciarlos
La Hepatitis es una inflamación del hígado que puede manifestarse de diversas formas, desde síntomas leves hasta complicaciones potencialmente mortales.
Esta enfermedad, causada principalmente por virus, pero también por toxinas, drogas y trastornos autoinmunes, representa una amenaza significativa para la salud pública a nivel mundial.
Con más de 325 millones de personas padeciendo Hepatitis crónica y 1.4 millones de muertes anuales, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es importante comprender los diferentes tipos de Hepatitis, sus causas, síntomas y tratamientos disponibles.
Tipos de Hepatitis: Síntomas y diferencias
La Hepatitis puede manifestarse de varias maneras, empezando por los distintos tipos que existen de esta enfermedad. Cada una de estas variantes tiene sus propias características, causas, tratamientos y formas de prevención:
Hepatitis A (VHA)
La Hepatitis A, causada por el virus de la Hepatitis A (VHA), es una de las formas más comunes de la enfermedad. Su transmisión se produce a través del contacto con restos fecales de personas infectadas, ya sea por no lavarse las manos adecuadamente o por consumir agua o alimentos contaminados.
Aunque la mayoría de las infecciones por VHA son leves, provocando síntomas como Diarrea, dolor abdominal, pérdida de apetito, náuseas, cansancio y fiebre, algunos casos pueden ser graves y potencialmente mortales.
Hepatitis B (VHB)
La Hepatitis B, causada por el virus de la Hepatitis B (VHB), es una de las variantes más graves de la enfermedad. Se transmite a través de líquidos corporales infectados, como sangre y semen, y puede volverse crónica, generando insuficiencia hepática, cirrosis o cáncer de hígado.
De acuerdo con la OMS, casi el 80% de las personas con Hepatitis crónica fueron infectadas por el VHB. Aunque no tiene cura, existen tratamientos eficaces para controlar la enfermedad. Además, hay una vacuna disponible que puede prevenir la Hepatitis B, recomendándose su administración a los recién nacidos en las primeras 24 horas de vida.
Hepatitis C (VHC)
La Hepatitis C, causada por el virus de la Hepatitis C (VHC), es otra de las variantes más dañinas y letales de las Hepatitis virales. Se transmite principalmente por exposición a sangre contaminada, y el daño que causa es similar al de la Hepatitis B.
Se cree que la mayoría de los infectados son personas que compartieron agujas con alguien infectado o que recibieron transfusiones de sangre contaminada. A diferencia de la Hepatitis B, la Hepatitis C no provoca síntomas iniciales, por lo que la mayoría de las personas infectadas no se enteran de su condición hasta décadas más tarde, cuando el daño al hígado es avanzado.
Hepatitis D (VHD)
La Hepatitis D, causada por el virus de la Hepatitis D (VHD), está estrechamente ligada a la Hepatitis B, ya que solo pueden contraerla las personas ya infectadas con el VHB. Se estima que el 5% de los pacientes con Hepatitis B están coinfectados por el VHD, que se transmite por las mismas vías que el VHB (sangre y semen).
Quienes contraen la Hepatitis D corren un mayor riesgo, ya que, según la OMS, la infección simultánea por ambos virus puede causar una afección más grave y tener un desenlace peor. Sin embargo, debido a su vínculo con el VHB, las vacunas contra la Hepatitis B también protegen contra la Hepatitis D.
Hepatitis E (VHE)
La Hepatitis E, causada por el virus de la Hepatitis E (VHE), se transmite de la misma forma que la Hepatitis A: a través de la ingestión de agua o alimentos contaminados, o por contacto directo con heces infectadas.
Es común que haya brotes epidémicos en países subdesarrollados con malos sistemas de saneamiento. Aunque la Hepatitis E no causa problemas hepáticos crónicos, al igual que la Hepatitis A, puede ser más peligrosa en mujeres embarazadas.
Existen vacunas que la previenen, pero no tienen una distribución tan amplia como las de la Hepatitis A. Por lo tanto, los expertos aconsejan minimizar los riesgos lavándose bien las manos y evitando consumir bebidas o alimentos (incluyendo hielo) que puedan estar contaminados.
Síntomas de la Hepatitis: Reconociendo las Señales de Alarma
Aunque los síntomas pueden variar según el tipo de Hepatitis, existen ciertas señales de alarma comunes que no deben ignorarse. En la fase aguda de la enfermedad, los síntomas pueden ser similares a los de una gripe leve, incluyendo:
- Diarrea
- Fatiga
- Pérdida de apetito
- Fiebre leve
- Dolores musculares o articulares
- Náuseas
- Dolor abdominal leve
- Vómitos
- Pérdida de peso
A medida que la enfermedad progresa, pueden presentarse los siguientes síntomas:
- Orina oscura
- Urticaria
- Picazón en la piel
- Heces de color claro
- Piel, ojos y lengua amarillentos (Ictericia)
Es importante destacar que la Hepatitis crónica puede desarrollarse de manera silenciosa, sin síntomas evidentes hasta que la insuficiencia hepática se manifiesta.
Diagnóstico de la Hepatitis: Descifrando la causa
Dado que los síntomas de las diferentes formas de Hepatitis son similares, el tipo y la gravedad de esta afección solo pueden diagnosticarse con pruebas de laboratorio. El médico realizará un examen físico y solicitará un historial médico para evaluar si un paciente ha estado expuesto a una causa probable de Hepatitis.
Las pruebas diagnósticas pueden incluir:
- Pruebas de sangre
- Pruebas de ácido nucleico
- Biopsia de hígado
- Paracentesis
- Elastografía
- Marcadores alternativos
Tratamiento de la Hepatitis: Abordando la Enfermedad
Las opciones de tratamiento varían según el tipo de Hepatitis y si la infección es aguda o crónica:
- Hepatitis A: Usualmente no requiere tratamiento específico, ya que es una enfermedad autolimitada. Se recomienda reposo en cama si los síntomas son severos, y seguir las indicaciones médicas para mantener una adecuada hidratación y nutrición en caso de vómitos o diarrea.
- Hepatitis B: En el caso de una infección aguda, el tratamiento se centra en el cuidado de apoyo. Por su parte, una infección crónica puede requerir medicación antiviral para prevenir daños hepáticos, como el consumo de antivirales orales tipo tenofovir o entecavir. En algunos casos, se ocupan estimulantes del sistema inmunológico
- Hepatitis C: El tratamiento ha avanzado con la introducción de antivirales de acción directa (AAD), que son altamente efectivos.
- Hepatitis D: No existen medicamentos antivirales específicos para el tratamiento de la Hepatitis D. Sin embargo, el manejo se centra en controlar la infección por Hepatitis B subyacente con antivirales.
- Hepatitis E: La Hepatitis E suele ser autolimitada y no requiere tratamiento específico, más allá de reposo, hidratación y evitar el alcohol
- Hepatitis autoinmune: Los corticosteroides, como la prednisona o la budesonida, son fundamentales en el tratamiento temprano de la Hepatitis autoinmune.
También se pueden utilizar medicamentos supresores del sistema inmunológico, como la azatioprina, el micofenolato, el tacrolimus y la ciclosporina.
Prevención de la Hepatitis
La prevención es clave para evitar la propagación de la Hepatitis. Algunas medidas preventivas incluyen:
- Lavarse las manos con jabón después de usar el baño
- Consumir solo alimentos recién cocinados y agua embotellada o hervida en lugares con condiciones de saneamiento deficientes
- Evitar el consumo de frutas y vegetales crudos en áreas de riesgo
- No compartir agujas, cepillos de dientes, rasuradoras ni instrumentos de manicura
- Utilizar solo equipos de perforación de la piel bien esterilizados (tatuajes, perforaciones, acupuntura)
- Practicar sexo seguro usando condones y barreras bucales
Además, existen vacunas seguras y efectivas para prevenir la Hepatitis A y B, recomendándose su administración en la infancia.
Complicaciones de la Hepatitis Crónica: Un riesgo latente
La Hepatitis B o C crónica pueden causar problemas de salud graves si no se tratan adecuadamente. Estas infecciones pueden conducir a:
- Enfermedad hepática crónica
- Cirrosis
- Cáncer de hígado
- Falla hepática
- Trastornos hemorrágicos
- Ascitis (acumulación de líquido en el abdomen)
- Hipertensión portal
- Insuficiencia renal
- Encefalopatía hepática
- Muerte
Es fundamental evitar el consumo de alcohol y ciertas drogas o suplementos que puedan dañar aún más el hígado en caso de Hepatitis crónica.