Trasplante Renal: un tratamiento curativo
El Trasplante Renal es un tratamiento curativo que consiste en extirpar un riñón sano de una persona mayor de edad y colocarlo quirúrgicamente en un paciente con Insuficiencia Renal Crónica Avanzada. Con esto, el paciente recobra prácticamente el 100% de su función renal.
Las personas que serán sometidas a un Trasplante Renal son aquellas que, por diversas razones, desarrollan esta enfermedad y necesitan una terapia sustitutiva de la función renal, como la Diálisis o Hemodiálisis. Cualquier persona de 18 a 65 años puede ser candidata a este tratamiento curativo.
El proceso consiste en realizar un estudio del posible donante, evaluarlo y descartar que tenga alguna enfermedad de cualquier índole, principalmente renal. Posteriormente, se lleva a cabo un estudio de compatibilidad entre ambas personas. Si todo es satisfactorio, se procede con la intervención quirúrgica.
El nivel de sobrevida posterior a la intervención dependerá del éxito de la cirugía. Si todo se lleva de una forma adecuada, el tiempo de puede ser de ocho a diez años, incluso, hay personas que pueden durar de 20 a 30 años con un injerto funcional.
¿Cuáles son los riesgos y beneficios?
Como toda cirugía, los riesgos latentes son las Hemorragias, lesiones en órganos internos, etcétera. Sin embargo, es importante señalar que estos posibles efectos adversos son muy pequeños cuando se realiza el procedimiento con personas expertas y, definitivamente, los beneficios de someterse a un Trasplante Renal superan por mucho los posibles riesgos.
En el caso de los donantes, una vez realizada la cirugía puede volver a su vida de manera normal sin ningún problema o complicación posterior. Las personas pueden llevar una vida completamente normal. Lo único que sucede es que el órgano que queda, asume la función del extirpado.
En cuanto a los beneficios, en aquellas personas que recibían un tratamiento sustitutivo como la Diálisis o Hemodiálisis, son dejar de recibir estos tratamientos y recobrar la funcionalidad renal. Las personas pueden volver a sus actividades tradicionales, se reintegran al trabajo y pueden tener una calidad de vida muy similar a quienes no tienen Insuficiencia Renal.
En conclusión, es importante que todas las personas con Insuficiencia Renal Crónica Avanzada busquen la manera de recibir un Trasplante Renal, ya sea a través de un familiar o incluirse en listas de espera. El poder acceder a este tipo de tratamiento le devuelve la salud y calidad de vida a los pacientes.