Trastorno Límite de Personalidad: Importancia del abordaje integral
El Trastorno Límite de Personalidad o Trastorno de Personalidad es un padecimiento en el que la persona es inestable en todas las áreas de su vida, no sólo en sus emociones.
En esta condición, las personas suelen ser impulsivas, que pasan de un estado de ánimo a otro, que tienen relaciones tóxicas y que fácilmente pueden caer en cuadros depresivos agudos o crisis depresivas.
Síntomas y causas
Algunos de los síntomas más relevantes del Trastorno de Personalidad son:
- Impulsividad: las personas no piensan antes de actuar, cambian de opinión fácilmente y pueden poner en peligro su vida
- Inestabilidad: cambian de opinión sobre las relaciones afectivas que comienzan o en las actividades que realizan como la escuela o el trabajo
- Idealizan o devalúan fácilmente
- Vacío crónico: a pesar de tener buenos momentos en su vida, se aburren con facilidad
Al igual que la mayoría de las patologías psiquiátricas, el Trastorno Límite de Personalidad es multicausal, con una carga genética importante pero que también se puede relacionar con el ambiente. La personalidad es la suma del temperamento con el carácter, por lo tanto, el Trastorno Límite de Personalidad puede gestarse desde los primeros años de vida o desarrollarse antes de los 18 años.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico del Trastorno Límite de Personalidad es principalmente clínico, sin embargo, existen pruebas neuropsicológicas y psicológicas que también pueden emplearse. Para hacer la evaluación, las personas especialistas se basan en criterios, si una persona los cumple, se puede llegar a un diagnóstico.
Uno de los principales problemas para diagnosticar este trastorno es el dinamismo de la patología, ya que los primeros síntomas pueden referir sólo problemas de Depresión o Ansiedad. Una vez que se realiza una evaluación más extensa con una historia clínica completa es cuando se confirma o se descarta el Trastorno Límite de Personalidad.
Es importante que el tratamiento se haga de manera integral combinando la Psicoterapia con medicamentos psicofarmacológicos que contemplen las posibles comorbilidades como la Depresión o la Ansiedad.