Trastornos de la Personalidad
Los trastornos específicos de la personalidad, pueden oscilar en extremos opuestos, desde introversión extrema y autoestima muy alterada, hasta el descontrol de los impulsos
Normalmente cuando escuchamos la palabra trastorno referente a nuestra forma especial de ser, de nuestra personalidad o conducta, pensamos que evidentemente no va con nosotros ya que no somos una persona trastornada, pero la forma clínica de definición, no es más que un protocolo estandarizado con el intento y único fin de definir criterios, en conceptos que por su propia dificultad, ambigüedad y sutilidad en sí mismos necesitan de un protocolo definido tanto para su evaluación, como para su posterior tratamiento Psicológico.
¿Cómo podemos entonces saber por nosotros mismos si necesitamos ayuda?
Pues bien, si normalmente utilizamos patrones de comportamiento que se apartan acusadamente de las expectativas de nuestro medio y se manifiesta mediante el pensamiento, siendo este una forma de percibir e interpretarse a sí mismo y a los demás acusadamente diferenciador; y si nuestras respuestas emocionales en cuanto a intensidad, labilidad y adecuación a la respuesta emocional es destacadamente desproporcionada; si nuestra actividad interpersonal y nuestro control de los impulsos, son destacadamente fuera de los patrones esperados en nuestro medio, entonces ello nos indicaría que algo en nuestro comportamiento no está fluyendo de una forma adecuada.
Las personalidades evitativas y dependientes, así como las personalidades obsesivas, normalmente acuden a consulta pensando más en temas fóbicos que en la posibilidad de un posible Trastorno de la Personalidad, por ello en muchas ocasiones, las problemáticas, si no se abordan en profundidad y solo en algunos de los síntomas pueden ser recidivantes, acudiendo a menudo a servicios psicológicos de forma continuada y no resolviendo la problemática de base, de la propia estructura de patrones establecidos.