Tratamiento de la Depresión Crónica
Los tratamientos psicológicos basados en el modelo de la Terapia Congitivoconductual tienen como fundamento la identificación y la modificación de conductas alteradas, que se entienden como manifestaciones del trastorno pero que comportan la persistencia de los síntomas, a través del aprendizaje de diversos tipos de procedimientos y estrategias psicológicas
En el tratamiento de la Depresión, los estudios de investigación, los derivados de datos de la clínica cotidiana y el consenso o acuerdo entre clínicos expertos coinciden en recomendar el tratamiento farmacológico combinado con el tratamiento psicológico.
En los estudios controlados de eficacia terapéutica, cuando se comparan los tratamientos como categoría, es decir, todos los fármacos antidepresivos, sin diferenciar entre distintos tipos, con los tratamientos psicológicos, también sin diferenciar los distintos modelos de intervención, los datos van a favor de mayor eficacia para los fármacos, superior al tratamiento psicológico único y a la combinación entre ambos; sin embargo, cuando se comparan por grupos, los antidepresivos denominados ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina) y la la Terapia Psicológica Cognitivoconductual (TCC) administrados conjuntamente resultan la modalidad terapéutica de elección por ser más eficaz sobre todas las otras comparaciones (Cuijpers et al, 2010, 2011).
Para el tratamiento psiquiátrico, la elección de la opción antidepresiva ha de ser siempre una decisión del clínico, que tomará en consideración distinta información además de los síntomas predominantes. No hay un consenso definitivo sobre el tiempo de duración del tratamiento farmacológico y éste tipo de decisiones deben individualizarse siempre, según antecedentes personales y familiares, presencia de factores de riesgo –edad de inicio del trastorno, situación social y laboral, antecedentes personales de situaciones de maltrato o negligencia, antecedentes personales y familiares de trastorno, presencia de síntomas de Ansiedad, entre otros).
En todo caso, habitualmente los tratamientos antidepresivos se mantienen por un período no inferior a 6-9 meses a partir de la remisión de la clínica; y cada vez con más frecuencia, las Guías Clínicas que recogen las recomendaciones para una buena “praxis médica” aconsejan tratamientos prolongados (CatSalut, 2010; ; SNS,2008; NiCE, 2010; APA, 2012).
Los tratamientos psicológicos basados en el modelo de la Terapia Congitivoconductual tienen como fundamento la identificación y la modificación de conductas alteradas, que se entienden como manifestaciones del trastorno pero que comportan la persistencia de los síntomas, a través del aprendizaje de diversos tipos de procedimientos y estrategias psicológicas. En el caso de la Depresión Crónica el objetivo del tratamiento psicológico es triple:
1. Que la persona comprenda su trastorno e identifique muchos de sus comportamientos y reacciones habituales como síntomas o manifestaciones de éste y, por tanto, se sienta motivada a cambiarlos a través del tratamiento.{
2. Identificar la relación entre estado de ánimo bajo y disminución de conducta e intentar modificarla, diseñando un “plan de acción” con la ayuda del psicólogo clínico.
3. Identificar la relación entre estilo de pensamiento - valoración, atribución de significado a los hechos cotidianos, pasados y futuros- y estado de ánimo, y aprender con ejercicios específicos para éste fin a cuestionar la validez de sus autoafirmaciones y sustituirlas por otras más objetivas y menos fundamentadas en las emociones.
El tratamiento psicológico cognitivoconductual para la Depresión Crónica puede estructurarse en un formato de entre 16-20 sesiones de frecuencia semanal o quincenal; aunque puede prolongarse en el caso que se traten otras conductas alteradas u otras dificultades psicológicas (técnicas de control emocional, conducta social y/o asertividad, fobias específicas...) que en caso de persistir constituyen factores de riesgo para una recuperación satisfactoria o una recaída.