Traumatología Infantil: todo lo que necesitas saber
Especialidad médica que se enfoca en el diagnóstico, tratamiento y prevención de lesiones y enfermedades del sistema musculoesquelético en niños y adolescentes.
¿A qué se dedica la Traumatología Infantil?
Las Lesiones Traumáticas en niños son comunes y pueden ocurrir en cualquier etapa, desde la lactancia hasta la adolescencia. Los niños, especialmente los más pequeños, suelen exponerse a situaciones de riesgo debido a su curiosidad y falta de conciencia sobre el peligro. A continuación, se analizan los tipos de lesiones más comunes y las medidas de prevención y tratamiento que se deben tener en cuenta para proteger su salud.
Lesiones más comunes en la vida diaria
Es común que los niños pequeños se lastimen al acceder a lugares no seguros, como la cocina, donde pueden ocurrir accidentes con objetos calientes, como ollas y sartenes. Estos accidentes pueden causar Quemaduras graves que afectan la piel y los tejidos subyacentes, lo que se considera un Traumatismo importante. Es crucial estar atentos para prevenir este tipo de lesiones, ya que los niños son especialmente susceptibles a daños traumáticos.
Atención y seguimiento de traumatismos
Es fundamental brindar un seguimiento adecuado después de una lesión, ya que algunos Traumatismos pueden dejar secuelas que afecten la funcionalidad y el desarrollo social, psicológico y emocional del niño. La intervención temprana y un correcto seguimiento son esenciales para ayudar al niño a progresar y mantener una vida saludable.
Lesiones en la actividad deportiva
En la etapa preescolar y escolar, las actividades deportivas y el juego suelen provocar lesiones comunes, como Esguinces, torceduras, Fracturas Leves, Luxaciones y, en casos más graves, Fracturas Expuestas y Lesiones de Cráneo. Las caídas y el atropello en la vía pública son otras causas de lesiones severas que deben evaluarse de inmediato para determinar el grado de daño y el tratamiento necesario.
Tratamiento de Fracturas en niños
El tratamiento de una Fractura Infantil requiere una comunicación cuidadosa, tanto con el niño como con sus padres, para evitar el pánico y asegurar su cooperación. Cuando la Fractura es reducida sin cirugía, se utilizan inmovilizaciones adecuadas al tipo de lesión, como yesos o escayolas, que permiten la recuperación en aproximadamente cuatro semanas, mucho menos tiempo que en adultos debido a la rápida regeneración ósea de los niños.
Fracturas Expuestas y riesgo de infección
En caso de Fracturas expuestas, incluso si la herida es pequeña, existe un riesgo elevado de infección si no se trata dentro de las primeras seis horas. Es vital revisar minuciosamente el área afectada y explicarles a los padres la importancia de un tratamiento rápido para evitar complicaciones.
Traumatismos Cráneo-Encefálicos
Los Traumatismos en la Cabeza requieren una evaluación especializada. Si el niño presenta pérdida de conocimiento o un trauma significativo, se debe consultar a un Neurocirujano para descartar posibles Hematomas que puedan dejar secuelas neurológicas graves. Este tipo de información también debe ser claramente comunicada a los padres.
Evaluación clínica para daños vasculares
Durante la evaluación clínica inicial, es necesario verificar la integridad física del niño, prestando especial atención a la circulación sanguínea en las extremidades afectadas. En casos de daño vascular, como Rotura de Arterias o Venas, puede ser necesaria la intervención de un Cirujano Vascular para restaurar el flujo sanguíneo y prevenir daños mayores.
¿Cuáles son los métodos de inmovilización?
Las Fracturas y Luxaciones se tratan con inmovilizaciones como yesos y soportes ortopédicos, los cuales mantienen los huesos y articulaciones en una posición correcta para su recuperación. En los niños, estos métodos suelen ser temporales y efectivos, ya que las Fracturas Simples pueden sanar en cuatro semanas.
Supervisión y prevención en el hogar
La supervisión de un adulto es clave para evitar accidentes en el hogar, especialmente en actividades lúdicas. Es importante que los padres mantengan a los niños alejados de sustancias tóxicas, agua caliente, gas y otros elementos peligrosos. Supervisar el entorno de juego y asegurar que los niños no tengan acceso a objetos potencialmente peligrosos es una medida preventiva indispensable para su bienestar. El cuidado y la prevención son fundamentales para proteger la salud de los niños y asegurar un tratamiento efectivo en caso de lesiones.