Tumor cerebral: signos y síntomas
Un tumor cerebral se puede desarrollar en cualquier persona y edad. Los tumores primarios son más comunes en niños y adultos grandes, mientras que los secundarios (metastásicos) en adultos.
Factores de riesgo
Los tumores cerebrales pueden ser benignos o malignos y deben de ser atendidos a la brevedad por un neurocirujano. Cerca de 700 mil personas en México viven con un tumor cerebral. Los tumores metastásicos son más frecuentes. Algunos factores de riesgo son edad avanzada, historia familiar de tumores cerebrales, exposición a radiación ionizante y tener un sistema inmune deficiente por enfermedades o medicamentos.
Tipos de tumores
Tumores primarios.
Se originan de las células propias del cerebro o tejidos cercanos. Se forman cuando ocurren mutaciones en el ADN de las células normales, causando su multiplicación de manera anormal. Los más frecuentes son gliomas (incluyendo glioblastomas, gliosarcomas, astrocitomas, oligodendrogliomas y oligoastrocitomas), tumores de la hipófisis, meningiomas, neurinomas del acústico (schwannoma vestibular), cordomas, ependimomas, tumor de células germinales, meduloblastomas (incluyendo tumores neuroectodérmicos primitivos) y tumores de la región pineal (incluyendo pineocitomas y pineoblastomas)
Tumores secundarios.
Se diseminan al cerebro desde otros sitios cancerosos del cuerpo. Ocurren con mayor frecuencia en aquellas personas con una historia conocida de cáncer. Un tumor cerebral metastásico puede ser el primer signo de un cáncer. Los más frecuentes son cáncer de mama, colon, pulmón, riñón y melanoma.
Síntomas
Los síntomas relacionados con los tumores cerebrales son variados y dependen del tipo, localización, tamaño y crecimiento del tumor. No existen síntomas específicos. Los más comunes son:
- Dolores de cabeza de tipo nuevo o de patrón diferente
- Dolores de cabeza que gradualmente se hacen más frecuentes o más intensos
- Dolores de cabeza que te despiertan en la noche
- Crisis convulsivas de reciente inicio
- Pérdida gradual de la sensibilidad o movimiento en un barco o pierna
- Dificultad con el equilibrio
- Dificultad para hablar
- Cambios en el comportamiento o en la personalidad
- Confusión
- Nauseas o vómitos inexplicables
- Visión borrosa, visión doble o perdida de la visión periférica
- Problemas de la audición
Diagnóstico y tratamiento
Los estudios que se realizan son evaluación neurológica, tomografía de cráneo, resonancia magnética de encéfalo y biopsia. El tratamiento depende del tipo, tamaño, localización, velocidad de crecimiento y estado general de salud de cada paciente. Las opciones de tratamiento incluyen cirugía, radioterapia, radiocirugía y quimioterapia.
Después del tratamiento, puede ser necesario recibir rehabilitación neurológica si el tumor afectaba regiones del cerebro que controlan las aptitudes motrices, el lenguaje, la visión o el razonamiento.
Actualmente existen nuevas opciones de tratamiento como la neurocirugía de mínima invasión, la neurocirugía endoscópica, la micro-neurocirugía y la radiocirugía estereostática. Estas opciones ofrecen un tratamiento altamente especializado, mínimo daño a estructuras neurológicas sanas, menos riesgo de complicaciones y una más rápida recuperación funcional.