Tumores Odontogénicos, ¿qué son y cómo tratarlos?
Los Tumores Odontogénicos son neoplasias que se desarrollan exclusivamente en la mandíbula o el maxilar y son el resultado de la proliferación del tejido epitelial mesenquimal.
En las primeras etapas de la vida del ser humano, alrededor de la sexta semana embrionaria después de la gestación, comienza en el estomodeo (boca primordial) de manera programada y sincronizada, la formación de los dientes.
Esto ocurre a través de diferentes procesos de inducción (estimulación) que ciertos tejidos ejercen sobre otros y viceversa. Así, las células de la lámina dental se invaginan e inducen al ectomesénquima transformándose en los tejidos necesarios para la formación del diente.
De esta manera, cada uno de los tejidos formados en el diente comprenden una función específica, por ejemplo:
- Esmalte: recubre la corona del diente, es la estructura más dura de nuestro organismo y la utilizamos para triturar los alimentos
- Dentina: es un tejido más orgánico, tiene pequeños canales que otorgan la sensibilidad
- Cemento: recubre y protege a la dentina, además de ser el portador de los desmosomas que unen al diente con el hueso mediante el periodonto.
- Pulpa: es un tejido vascular y nervioso que es responsable de la vitalidad del diente.
Diagnóstico y síntomas de los Tumores Odontogénicos
Todos estos tejidos se conjugan en un baile sincronizado asociado a cambios morfológicos específicos para finalmente dar a cada diente su lugar y su función en la boca.
Sin embargo, como cualquier tejido de nuestro cuerpo, en cualquiera de las etapas de formación e incluso en las etapas tardías, pueden ocurrir alteraciones que modifiquen o alteren la programación y se produzcan patologías que se manifestarán como quistes o Tumores Odontogénicos.
Por fortuna, la mayor parte de estas lesiones son “benignas”, aunque pueden ser localmente agresivas.
Otra situación que puede perjudicar el pronóstico y tratamiento de estas neoplasias es que son también es su mayoría asintomáticas. Es decir que, el paciente no se da cuenta de su presencia hasta que ya han alcanzado estadios muy avanzados.
Tratamiento a seguir
Por lo anterior, es ampliamente recomendable llevar a cabo revisiones dentales periódicas con un especialista, que incluyan estudios radiográficos para poder detectar tempranamente estos padecimientos.
De esta forma, el tratamiento quirúrgico es el ideal para este tipo de lesiones, pero desde luego existen diferentes técnicas que pueden aplicarse dependiendo de la naturaleza en cada caso. Por lo que, es necesario aplicar las técnicas de manera correcta y lo más conservadora posible para la resolución adecuada del proceso.