Unidades de Cuidados Intensivos para salvaguardar recién nacidos
El nacimiento de un bebé es un momento lleno de expectativas y alegría, pero en ocasiones puede complicarse debido a diversas causas. En aproximadamente uno de cada diez nacimientos pueden surgir complicaciones inherentes a la madre, al recién nacido o a las condiciones en las que se atiende el parto, lo que resalta la importancia de contar con instalaciones adecuadas.
Es crucial disponer de una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales que brinde los medios necesarios para prevenir y, en caso necesario, tratar complicaciones tanto para el recién nacido como para la madre. Esto incluye contar con una cuna especial, equipo de soporte vital ventilatorio, estudios de laboratorio e imagen en la misma unidad, así como especialistas en atención neonatal y políticas estandarizadas basadas en la seguridad del paciente.
Cuidados específicos
La atención en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales debe ser cuidadosa para promover el desarrollo adecuado del recién nacido. Evitar estimulaciones táctiles y dolorosas es fundamental para el desarrollo neurocognitivo, especialmente en casos de nacimientos prematuros. Los cuidados durante el desarrollo incluyen minimizar la angustia infantil, promover el sueño y garantizar el contacto temprano con los padres.
Los recién nacidos de bajo peso o enfermos requieren una atención especializada en centros equipados adecuadamente. Estos bebés tienen un mayor riesgo de complicaciones y discapacidades permanentes, por lo que es fundamental que sean atendidos en Unidades de Neonatología bien equipadas y monitoreados de cerca por personal capacitado.
Prevención de riesgos
Las Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales deben estar diseñadas para prevenir riesgos asociados, como las infecciones nosocomiales, que aumentan el riesgo de muerte y enfermedad. Para ello, es esencial contar con un entorno físico adecuado y con instalaciones que funcionen de manera fiable y segura, incluyendo agua, energía, saneamiento e higiene de las manos.
Es fundamental que los establecimientos de salud cuenten con personal bien formado y motivado disponible las 24 horas del día para prestar servicios sanitarios. Esto garantiza una atención continua y de calidad para los recién nacidos y sus madres en situaciones de emergencia.