Uveítis: enfermedades inflamatorias oculares
El término uveítis hasta la fecha se ha utilizado erróneamente para referirse a las enfermedades inflamatorias oculares en general. Estas son un grupo de padecimientos que pueden ser infecciosas o autoinmunes, y pueden asociarse a patologías sistémicas.
¿Qué es la uveítis?
Un gran número de médicos, y la gran mayoría de los pacientes, utilizan el término poco exacto de uveítis para referirse a las enfermedades inflamatorias oculares.
Las inflamaciones oculares son un grupo heterogéneo de padecimientos que incluyen, desde enfermedades tan comunes como las conjuntivitis irritativas o infecciosas (que generalmente curan con un tratamiento relativamente sencillo), hasta enfermedades tan severas como las escleritis con necrosis o las retinitis causadas por virus herpes. Todos estos padecimientos deben de ser tratados por un oftalmólogo.
Cualquier estructura del ojo puede estar afectada
Pacientes de cualquier edad y sexo son afectados. En ocasiones la enfermedad afecta un solo ojo, en otras, ambos ojos son afectados de manera simultánea y en algunos pacientes la afección puede ser bilateral pero muy asimétrica.
Prácticamente cualquier estructura del globo ocular puede estar afectada: esclera, córnea, iris, cuerpo ciliar, coroides, la retina y su vasculatura, el vítreo y la papila.
De origen infeccioso o autoinmune
El origen de la inflamación puede ser infeccioso o autoinmune, en este caso puede asociarse o no a padecimientos sistémicos como la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, colitis ulcerativa crónica inespecífica, espondilitis anquilosante, etc.
Entre los padecimientos infecciosos que puede causar inflamación ocular se encuentran: la toxoplasmosis, la tuberculosis, los virus herpes, infecciones oportunistas asociadas a estados de inmunosupresión (por medicamentos inmunosupresores o infección con VIH), etc.
Riesgos, diagnóstico y tratamiento
Dependiendo de su localización y severidad pueden ocasionar alteraciones anatómicas y funcionales de magnitud variable, como cicatrices corneales, perforación de la pared escleral o de la córnea, catarata, glaucoma y desprendimiento de retina, entre otras.
Ya que las enfermedades inflamatorias oculares pueden asociarse a muy diversos padecimientos sistémicos, su evaluación requiere de un estudio clínico y de laboratorio bien sistematizado y orientado. Por ello el diagnóstico y tratamiento de estos pacientes debe llevarse a cabo por médicos entrenados específicamente en esta área de la oftalmología, con la colaboración de otros especialistas como los reumatólogos e infectólogos.