Vértigo, una sensación de movimiento
Podemos definir el Vértigo como la "sensación de movimiento" del ambiente que nos rodea. Esta sensación puede ser giratoria u oscilante, y dependiendo de su intensidad, incapacita al paciente para su vida laboral y social mientras dura el síntoma
Podemos definir el Vértigo como la "sensación de movimiento" del ambiente que nos rodea. Esta sensación puede ser giratoria u oscilante y, dependiendo de su intensidad, incapacita al paciente para su vida laboral y social mientras dura el síntoma. El Vértigo puede ir acompañado de Náuseas, Vómitos, Hipotensión, o Sudoración Intensa. Todos estos síntomas derivados confieren al cuadro clínico un aspecto de mayor gravedad.
Causas
Las causas más frecuentes del Vértigo descrito (Vértigo verdadero o periférico), están en relación con Enfermedades del Oído Interno. Éstas pueden ser infecciosas, inflamatorias, pueden producir alteraciones en sus líquidos y partículas calcáreas y alteraciones en el aporte vascular a este órgano.
Existen algunas Enfermedades del Sistema Nervioso Central que puede dar origen a un conjunto de síntomas muy similares a los descritos y, aunque son poco frecuentes, siempre debe descartarse esta posibilidad en el Estudio de Imagen que se hace para el diagnóstico del paciente.
Las causas menos frecuentes de Vértigo incluyen un Tumor del Nervio Vestibulococlear, un Accidente Cerebrovascular o un Accidente Isquémico Transitorio que afectan al tronco del encéfalo.
Tratamiento del Vértigo
La mayoría de los Vértigos se tratan con medicamentos reguladores de la presión del oído interno, con sedantes de estos síntomas (llamados vestibulares) y con antiinflamatorios a los que se puede añadir en ocasiones diuréticos y ansiolíticos. En algún tipo de vértigo y ante el fracaso de un tratamiento prolongado, se deben utilizar tratamientos quirúrgicos comenzando por los menos agresivos como son las Inyecciones Intratimpánicas de ciertos medicamentos.
El Vértigo derivado de una disfunción recurrente del oído interno que no es tratado cuando se requiere, puede llevar al paciente a una situación de incapacidad para su vida normal que variará en relación con la causa que originó la enfermedad.