¿Qué es la Neuromodulación?
La Neuromodulación es una técnica médica avanzada que modula la actividad del sistema nervioso central, periférico o autónomo mediante la estimulación directa de nervios o tejidos. Se basa en la aplicación de estímulos eléctricos o la infusión de medicamentos en puntos estratégicos del sistema nervioso para modificar la función neuronal y tratar diversas afecciones.
Los dispositivos utilizados incluyen electrodos o sistemas de administración de fármacos implantables que generan un estímulo controlado de baja o alta intensidad.
¿Por qué se realiza?
El principal objetivo de la Neuromodulación es mejorar la calidad de vida de personas con condiciones crónicas que no responden a otros tratamientos. Entre los motivos más comunes para realizarla están:
- Dolor Crónico: Dolor Neuropático, Dolor Oncológico o dolor tras intervenciones quirúrgicas que no mejora con fármacos
- Trastornos del Movimiento: Enfermedad de Parkinson, Distonías, Temblor Esencial y Espasticidad
- Problemas Neurológicos o Psiquiátricos: Trastornos de Depresión Mayor, Epilepsia resistente al tratamiento farmacológico, entre otros
- Disfunciones del Sistema Autónomo: Incontinencia Urinaria, Disfunciones Vesicales y Gastrointestinales
¿En qué consiste?
Existen diferentes tipos de Neuromodulación, pero en general, implica la implantación de un dispositivo médico que envía impulsos eléctricos de baja intensidad a áreas específicas del sistema nervioso. Estos dispositivos pueden ser:
- Neuroestimuladores: se colocan debajo de la piel y emiten pulsos eléctricos que modulan la actividad de los nervios
- Bombas de Infusión: liberan medicamentos directamente en el líquido cefalorraquídeo o en el tejido nervioso
- Estimuladores Sacros: se utilizan para tratar Trastornos del Suelo Pélvico
Preparación para el procedimiento
Antes de la Neuromodulación, el paciente debe someterse a una evaluación exhaustiva para determinar si es un buen candidato. Esta evaluación incluye:
- Historia clínica completa y evaluación neurológica
- Estudios de imagen, como Resonancia Magnética (RM) o Tomografía Computarizada (TC), para evaluar la anatomía y detectar posibles complicaciones
- En algunos casos, se realiza una prueba. Esto implica implantar el dispositivo de manera temporal para ver si proporciona alivio antes de implantarlo de forma permanente
.
El paciente también recibirá recomendaciones sobre la suspensión de ciertos medicamentos, como anticoagulantes, que podrían aumentar el riesgo de complicaciones durante el procedimiento.
Cuidados tras la intervención
El período posoperatorio implica un seguimiento continuo para ajustar los parámetros del dispositivo y asegurar que funcione de manera efectiva. Algunas recomendaciones clave incluyen:
- Monitorear signos de Infección en el sitio de la implantación
- Seguir un programa de Fisioterapia (Terapia Física), dependiendo de la condición tratada
- Mantener visitas periódicas para ajustar la configuración del dispositivo
En el caso de la Estimulación de la Médula Espinal o Estimulación Cerebral Profunda, los pacientes pueden experimentar algunas molestias temporales, pero generalmente pueden retomar sus actividades diarias tras unas semanas, con la limitación de evitar movimientos bruscos o actividades físicas extenuantes durante el primer mes.
Alternativas a este tratamiento
- Radiofrecuencia Pulsada: una opción menos invasiva que interfiere con la transmisión de señales de dolor en los nervios mediante la aplicación de calor controlado. Es útil para el tratamiento del dolor localizado
- Terapia con Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad (HIFU): una técnica emergente que utiliza ondas de Ultrasonido dirigidas para tratar ciertas áreas del cerebro sin necesidad de cirugía. Se utiliza en trastornos como el Temblor Esencial y la Enfermedad de Parkinson
- Estimulación Magnética Transcraneal (TMS): se usa en el tratamiento de la Depresión Resistente y ciertos tipos de dolor. No es invasiva y utiliza pulsos magnéticos para estimular algunas áreas del cerebro
¿Qué especialista lo realiza?
Los procedimientos de Neuromodulación generalmente son realizados por Neurocirujanos o especialistas en Medicina del Dolor. En algunos casos, también intervienen Neurólogos especializados en Trastornos del Movimiento o Psiquiatras, dependiendo de la condición que se trate.